Marco Tulio del Arca es uno de esos poetas que se vuelven clásicos en su entorno porque anteponen siempre a su oficio el ejercicio de la amistad, porque conciben la poesía como una herramienta para hermanar a los pueblos y a su gente, porque saben que cuando todo acaba sólo quedan los amigos y los gestos de los amigos.

“Mi dignidad no me permite hablar mal de nadie, siempre trato de estar bien con todos”, dice. Es originario de Olanchito, esa ciudad yoreña en donde “todos son poetas mientras no se demuestre lo contrario”, como dice su colega, también olanchitense, Armando García.
Un clásico, entonces, de la literatura de Olanchito, aunque es en San Pedro Sula, entre otras ciudades, incluidas algunas del extranjero, en donde ha ejercido más como poeta, en donde ha extendido el influjo de su obra pero también su brazo amigable. Por eso aquí se le aprecia.

Fue incluido recientemente en la antología “Poesía Latinoamericana hoy”, una recopilación de 50 poetas de 20 países editada en México a cuya presentación asistirá el mes próximo.

Tras haber finalizado una gira promocional por algunas ciudades de los Estados Unidos y participado por segunda vez en el Festival de Poesía de Granada, Nicaragua, se dispone a presentar al público hondureño el último de sus poemarios, “En los muros del sueño”, recién salido de imprenta, en edición español-inglés y con prólogo del poeta mexicano Fernando Ruiz Granados.

No está contento con la edición, avisa, mientras toma un sorbo de su taza cuyo contenido es “más leche que café”, como lo pidió al mesero de un local pequeño pero acogedor en la avenida Circunvalación de esta ciudad. “Los colores no salieron bien pero eso ya es problema de la imprenta. Yo respondo por el contenido del libro”, agrega.